martes, 12 de junio de 2012

VUELO

Está lindo el día. No lo espero a Huguito. Me voy sola al banco. Primero paso por el súper, hoy hacen descuento para jubilados. Me llevo al Coli así no tengo que sacarlo a la tarde. ¿Dónde puse la correa? Acá está, el changuito y la tarjeta. Quieto que ya salimos. ¡No tironees!  Podrían colocar un tablón más ancho, parecen equilibristas los albañiles, mejor bajo a la calle.  ¡Semáforo rojo Cooli!  Tranquilo, te ato a la columna y enseguida vuelvo.  Aceite, yerba, lavandina, lácteos. Atún, ya que Huguito no está para prohibirme lo salado.  Simpática la cajera, no dijo nada de las bolsas demás que me agarré.  Vamos Coli. ¿Viste que hice rápido? Ahora al banco.  No te metás delante del changuito que nos tropezamos.  ¿Por qué  mira tan raro el de seguridad? ¿Dónde dice que no puedo entrar al cajero con mis compras y mi mascota? Ni soñando dejo afuera el chango cargado, es tentar al diablo.  Por suerte no se me atascó la máquina. ¡Listo! ¡A casa!  ¿Otra vez tenés ganas? Ah, querés olisquear el árbol. Bueno, dale, apuráte, que yo sí tengo ganas.   ¿Qué pasó? ¿Se volvieron locos los albañiles? ¡Clausuraron la vereda y la calle! Están rompiendo y no hay por donde cruzar.  El de la cabina dice algo ¿qué dice? que subamos a la pala excavadora. Baja el brazo de la grúa. Insiste. No nos queda otra. Vení Coli. No te retobes. Mejor te alzo. Primero meto el chango, entra justito y ahora nosotros. Respiremos hondo. Nos elevamos. Se cierra. Apenas veo una línea de cielo. Ascendemos. ¿Hasta cuando? Siento vacío el estómago. Giramos. ¿Caeremos entre los escombros? Te late el corazón como a mí. Cerrá los ojos Coli.

                    (Ecunhi. Enero 2012)

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