miércoles, 20 de noviembre de 2013

LIBELULAS


Se durmió el capitán y el barco encalla en las rocas. Escapan las mariposas como mujeres que se desplazan casi en bandadas. Desde el camino distinguen ventanales encendidos, se arremolinan.  Caen alegres al pozo de los cipreses desenraizados, y al sótano oscuro de telarañas, llegan cantando ¡tan femeninas!

Son almas desvencijadas. Alucinan con la belleza terca de sus opciones. Vibran, marchitas, la tecla deshabitada que las refrena, y el quejido largo de crines ralas, agudo, al aire. Representan gorjeos en movimiento, deliciosa violencia de los sentidos, hembras fantásticas.

El viento arrecia, el capitán despierta, no las encuentra. Naufraga el barco.

                                             Ecunhi Junio 2013 

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