domingo, 6 de noviembre de 2016

MARCAS


Juan adivinaba el cielo vacío de estrellas. Era de noche en el parque. Manchas las hojas de los árboles, retazos de luz las ventanas de los edificios. Reconoció un balcón. Allí acababan de pelearse sin reservas. Se habían dejado de amar. Hubo explicaciones, lágrimas. Él guardó sus pocas pertenencias y vino a un banco del parque.
Daba la hora las campanas de la iglesia cuando la vislumbró, envuelta en su bata, caer desde el balcón. Después sirenas, ambulancias, policías.  Se la representó muerta, desnuda en la vereda como dormida a su lado.
Juan se levantó del banco, salió del parque, tomó un colectivo y luego el tren.
Hace añares vive en un pueblo donde las vías del ferrocarril terminan contra el ventisquero. Trabaja en la estación de servicio de la ruta y pinta cuadros que lo ayudan atravesar la melancolía.
Sin drama, su obra de colores tenues, con alguna cicatriz en tono intenso, sugiere movimientos, ritmo, transparencias. Estira y apoca curvas en el espacio. Al perfilar su autorretrato, joven o viejo, ella flota en el aire, sobre bosques, casas y campanarios.

                                                                                      
                                                                                         ecunhi abril 2016


Inspirado en Marc Chagall “Desnuda sobre Vitebsk” 1933.

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